Luis Rubiales condenado por agresión sexual: una sentencia que reconoce a las víctimas, pero no está a la altura

Luis Rubiales (Reuters/Denis Balibouse)

La mañana del 20 de febrero, la Audiencia Nacional ha dictado sentencia en el caso de Luis Rubiales por el beso no consentido a la futbolista Jenni Hermoso durante la celebración del Mundial Femenino 2023.

El ex presidente de la Real Federación Española de Fútbol ha sido condenado por agresión sexual y deberá pagar una multa de 10.800 euros en un plazo de 18 meses. Además, se le impone una orden de alejamiento de 200 metros respecto a Hermoso y la prohibición de comunicarse con ella durante un año.

Durante la audiencia de esta mañana, el juez José Manuel Clemente Fernández-Prieto González dejó claro que el tribunal otorga “plena credibilidad” al testimonio de Hermoso, un reconocimiento que supone un gesto de respaldo a las víctimas de violencia sexual.

Sin embargo, a pesar de que se lograron demostrar varios hechos de coacción ejercidos sobre la futbolista, la justicia determinó que no son suficientes para condenar a los cuatro acusados por este delito. Así, Jorge Vilda, exseleccionador de la selección femenina, Albert Luque y Rubén Rivera quedaron absueltos de estos cargos.

¿Un resolución suficiente?

La multa impuesta a Rubiales es la mínima posible para este tipo de delito, lo que resalta el escaso impacto que tendrá en su vida. Para alguien que ha manejado grandes sumas de dinero dentro del mundo del fútbol, esos 10.800 euros (20€ diarios durante 18 meses) apenas representan una sanción económica significativa.

Pero lo más grave de dicha sentencia, es el mensaje oculto. Se entiende que Luis Rubiales fue condenado por el beso no consentido. Pero ¿qué gravedad toma el asunto, tratándose de un jefe a una subordinada? Aquí toma más poder la ausencia de una sentencia por coacciones, habiendo quedado demostradas las mismas, habiendo quedado evidenciadas las consecuencias para la jugadora en la Selección Absoluta, y también habiendo explicado en son de desvalidarlas – los acusados- en las declaraciones.

¿Por qué no son suficientes para condenar a quienes las realizaron? El beso no es un hecho aislado, ambas acusaciones son consecuentes, conjuntas y potencian lo peor de los manejos que se han visto en la RFEF. Imaginemos lo que no vemos.

No podemos dejar de tener en cuenta que, hasta la fecha y sin hacer nada ni querer que ese acto suceda -el beso no consentido-, Jenni Hermoso se está viendo perjudicada con la selección desde el primer momento, como así lo ‘avisó’ Vilda entre los intentos de convencer a los familiares y cercanos de Jenni, de desmentir el no consentimiento.

Después de salir campeona del mundo y según la seleccionadora Montse Tomé, “por razones deportivas” y para “protegerla”, la excluyeron de las convocatorias de la absoluta. Actualmente, Hermoso no juega con la selección desde octubre, lo que demuestra que los castigos vinieron de ambos lados.

Luis Rubiales ha sido condenado por agresión sexual, lo que marca un precedente en el ámbito deportivo, pero la sanción impuesta genera dudas sobre la verdadera efectividad de la justicia en estos casos.

¿Puede Rubiales volver a la RFEF después del caso?

Rubiales sigue inhabilitado por la FIFA para participar en cualquier actividad relacionada con el fútbol, ya sea a nivel nacional o internacional, durante tres años. Las autoridades investigan a Rubiales en el marco de la “Operación Brody” por presunta corrupción en la RFEF durante su mandato. El juez no ha podido interceder en dicha inhabilitación ya que no se trata de una entidad pública, lo que deja también abiertas las puertas a que, al finalizar los tiempos de suspensión, podría volver a involucrarse.

El vaso lleno, el consuelo para Jenni y otras mujeres

Si bien la sentencia contra Luis Rubiales condenado por agresión sexual representa un reconocimiento a las víctimas y a Jenni Hermoso, el castigo impuesto deja la sensación de que la impunidad sigue presente en estos casos. Sin embargo, sigue quedando un vacío entre las palabras y las acciones: el fallo judicial no refleja la gravedad de los hechos con una sanción proporcional. Ha dejado libre el mensaje que recibimos las mujeres hace años, ante los hechos de agresión, abuso o acoso sexual: el dinero todo lo soluciona.

La justicia reconoce, pero no repara. Reconoce, pero no resarce. Reconoce, pero no castiga. ¿Será realmente justicia para las víctimas?

Para entender mejor las implicaciones legales en estos casos, consulta la Ley Orgánica 10/2022 de Violencia Sexual.

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