El deseado amor propio

Imagen: RosZie

«Si no te quieres a ti mismo/a, nadie te va a querer”. Estoy segura de que es una frase que todos/as hemos escuchado alguna vez, sobre todo, cuando comunicamos que no nos sentimos a gusto con nuestro propio cuerpo. Es un refrán tan utilizado que ha terminado por inundar nuestras mentes.

Sin embargo, durante el proceso de quererte y aceptarte, a pesar de que pongas todo tu empeño en conseguirlo e incluso creas que ya lo has logrado, tú no eres el único factor que va a influir en esta decisión. Es decir, que esa frase tan escuchada son tan solo palabras que se encuentran muy lejos de la realidad.

Un conjunto de factores

Es indiscutible que tener autoestima y confianza es muy importante para las personas, pero, como ser social, su entorno también contribuye a ello tanto para bien como para mal. La mayoría de las veces, las inseguridades que empezamos a experimentar no nacen de nosotros/as mismos/as, sino de la gente que nos rodea o de las circunstancias que vivimos.

Un reflejo de ello es la industria audiovisual y la publicidad. A lo largo de los años, han tratado de clasificar qué es un buen cuerpo, cómo hay que comportarse y qué aspectos físicos o psicológicos pueden ser objeto de burla en nuestra sociedad. Ideas que se han ido encasillando progresivamente en nuestras cabezas y que nos han hecho aceptar los famosos cánones de belleza.

Los obstáculos del círculo cercano

En suma, nuestro entorno más cercano añade más obstáculos en el camino de la aceptación. Conversaciones en entornos laborales sobre calorías, dietas milagro, cuántos kilos hay que perder o el miedo a que lleguen las Navidades; comentarios de familiares o amigos/as acerca de cuerpos ajenos o propios, sobre cuánto has comido o dejado de comer o el tan popular “ahora estás más guapo/a”.

Estos comportamientos hacen cuestionarme si querernos a nosotros/as mismos/as es un trabajo personal como nos han hecho creer o si es cuestión de todos/as. Por mucho que luchemos en querernos, si lo que está a nuestro alrededor no nos impulsa en ese trayecto, va a ser imposible alcanzarlo. Por ello, es importante que cada uno/a de nosotros/as sea consciente de que no somos únicamente los encargados de nuestro amor propio y autoestima, sino que todos/as tenemos la responsabilidad de aceptarnos y de hacer que los/as demás se acepten. Por lo tanto, empecemos a querer y valorar a las personas para que puedan quererse a ellas mismas.

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