Aunque las mujeres representan más de la mitad de las nuevas incorporaciones en las empresas españolas, solo un 22 % logra llegar a la alta dirección.
Así lo revela el informe Esade Gender Monitor 2025, que confirma que la brecha de género sigue viva en los espacios de mayor poder corporativo.
El estudio señala que los principales frenos al ascenso no son individuales, sino estructurales. Entre ellos:
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la falta de redes informales que faciliten oportunidades (28 %),
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la sobrecarga de cuidados (17 %),
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la ausencia de referentes femeninos en la cúpula (17 %)
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y una cultura laboral que sigue asociando la maternidad con una menor disponibilidad (15 %).
En sectores como salud o servicios —donde las mujeres son mayoría en la base laboral—, la desigualdad se acentúa: dos de cada tres nuevas incorporaciones son mujeres, pero solo una de cada tres llega a dirección.
Pocas jefas en finanzas
La situación no mejora demasiado en las finanzas, donde las mujeres representan el 48 % de las contrataciones, pero apenas el 21 % de los cargos directivos.
Más allá de los datos, el informe revela el precio emocional y vital que muchas mujeres pagan por avanzar en su carrera:
el 82 % admite haber renunciado a su tiempo libre, su bienestar o incluso a la maternidad para prosperar profesionalmente.
Una de cada cinco ha rechazado puestos de liderazgo por miedo al desgaste y la falta de conciliación.
“Mucho talento opta por estabilizarse en niveles intermedios”, explica el estudio. “Las condiciones estructurales de la alta dirección siguen asociadas a la hiperdisponibilidad y a un modelo de trabajo pensado para quienes no cuidan”.
El teletrabajo ha supuesto cierto respiro —el 89 % de las mujeres dice que ha mejorado su conciliación—, pero no ha cambiado la desigual distribución de los cuidados. Mientras tanto, los planes de igualdad parecen haberse estancado: solo el 40 % nota avances, frente al 45 % que los percibía hace dos años.
El optimismo de cara al futuro es moderado: el 91 % de las mujeres cree que las nuevas generaciones seguirán enfrentándose a renuncias, aunque lo harán con más conciencia, más exigencia y más foco en la igualdad real.



