La NASA presentó su clase de aspirantes a astronautas 2025, integrada por 10 personas —seis mujeres y cuatro hombres— seleccionadas entre más de 8.000 postulantes. Durante casi dos años, recibirán entrenamiento intensivo para futuras misiones a la Estación Espacial Internacional, la Luna y, eventualmente, a Marte.
Un hito en la historia de la exploración espacial
Si bien la NASA ha tenido mujeres astronautas antes, nunca en sus clases de selección hubo más candidatas femeninas que masculinas. La promoción 2025 marca ese precedente: 6 mujeres frente a 4 hombres.
Los seleccionados comenzaron a reportarse a mediados de septiembre en el Johnson Space Center (Houston), donde iniciarán su entrenamiento.
Perfiles que inspiran
Entre las candidatas, sobresalen historias de valentía, especialización y compromiso:
-
Anna Menon, ingeniera biomédica que ya fue viajera espacial privada en la misión Polaris Dawn, se convierte en la primera aspirante de la NASA que tiene experiencia orbital previa.
-
Imelda Muller, de 34 años, es médica formada en anestesiología y ex oficial médica submarina de la Marina, con experiencia en entornos extremos.
-
Erin Overcash viene del ámbito militar y de la aviación de combate naval; con 249 aterrizajes en portaaviones, representa una trayectoria de riesgo calculado y experiencia operacional.
-
Katherine Spies, ex piloto de helicóptero militar y especialista en pruebas de vuelo, aporta una sólida hoja de vuelo en más de 30 aeronaves.
-
Rebecca Lawler, con más de 2,800 horas de vuelo y experiencia como piloto de pruebas para NOAA, es otro ejemplo de dominio técnico en múltiples dominios aeronáuticos.
-
Lauren Edgar, geóloga destacada con doctorado en Caltech, ha contribuido desde el diseño científico de misiones lunares dentro del programa Artemis.

El desafío del entrenamiento
Durante casi dos años, los candidatos recibirán formación en sistemas de naves, robótica, supervivencia terrestre y acuática, medicina espacial, geología, operaciones de paseos espaciales, dominio de lenguas (incluido ruso) y vuelos en jets de alto desempeño.
Al completar el programa, podrán ser asignados a misiones de órbita terrestre baja (LEO), a la Luna bajo el programa Artemis o, en el mediano plazo, a exploraciones más allá.
Lo que representa para el futuro
Este sorpasso numérico femenino en la elección de astronautas simboliza una evolución en la cultura espacial: no solo en incluir mujeres, sino en reconocer su preparación, talento y liderazgo. En un momento en que EE. UU. busca retomar la presencia humana en la Luna y proyectarse hacia Marte, contar con una plantilla más diversa no es solo un gesto simbólico, sino una apuesta por la excelencia colectiva.



