El rapero Snoop Dogg, icono de la cultura hip hop y defensor público de la marihuana —su imagen está íntimamente ligada al humo verde que lo acompaña en cada escenario—, ha generado polémica tras unas declaraciones sobre la representación LGTBIQ+ en el cine infantil.
En una entrevista en el pódcast It’s Giving, Snoop confesó haberse sentido “scared to go to the movies” (“asustado de ir al cine”) después de ver Lightyear (2022) con su nieto, al encontrarse con la escena de una pareja de mujeres besándose. Según contó, el niño le preguntó cómo una mujer podía tener un bebé con otra mujer y él, incómodo, solo pudo responder: “sólo mira la película”.
El rapero criticó que este tipo de contenidos aparezcan en películas para la infancia, asegurando que los niños “son demasiado jóvenes para esas conversaciones”. Sus palabras levantaron un aluvión de críticas por homofobia y falta de responsabilidad al reforzar estereotipos que históricamente han invisibilizado a las familias diversas.
La disculpa (y el damage control)
Tras la reacción negativa en redes, Snoop pidió disculpas públicas:
“My bad for not knowing the answers for a 6 year old… teach me how to learn. I’m not perfect”.
Aunque sus palabras buscan reconciliación, su discurso dejó claro que el rapero no esperaba tener que lidiar con temas de diversidad en un contexto familiar y proyectó una visión limitada sobre qué narrativas son “aptas” para la infancia.
El detalle de la doble moral
Lo irónico es que el mismo Snoop Dogg que ha hecho de la marihuana su marca personal —con videoclips, productos propios y una carrera entera en torno a la normalización del cannabis— ahora se declara “asustado” porque dos mujeres se den un beso en una película infantil. Es decir: El humo de un blunt, bien, pero el amor diverso le genera pánico.
Un contraste que deja al descubierto la incoherencia de muchas figuras culturales que naturalizan ciertas conductas consideradas “rebeldes” o “adultas”, pero se escandalizan con representaciones que cuestionan la heteronorma.
Pixar, resistencia y representación
Cabe recordar que la escena de Lightyear fue inicialmente eliminada por Disney y restituida tras la presión de trabajadoras y colectivos LGTBIQ+. Para su guionista, Lauren Gunderson, fue un gesto pequeño pero con gran significado: “Small line, big deal”, escribió en Threads tras los comentarios de Snoop.
¿Qué nos deja este episodio?
Que incluso artistas de culto pueden caer en la trampa de la doble moral: aplaudir la contracultura cuando les conviene, pero fruncir el ceño cuando la diversidad LGTBIQ+ irrumpe en los espacios más cotidianos, como el cine infantil.
En pleno 2025, lo que debería escandalizar no es que Lightyear muestre a dos mujeres besándose, sino que aún haya referentes culturales que traten el amor diverso como una amenaza.



