Del 7 al 11 de abril de 2025, la provincia sudafricana de Limpopo fue el escenario de un acontecimiento histórico: la primera Copa Mundial de Fútbol de Abuelas, una iniciativa que reunió a 32 equipos conformados por mujeres mayores de 55 años, provenientes de países como Estados Unidos, Francia, Togo y Sudáfrica.
Este torneo internacional no solo fue un evento deportivo, sino una poderosa manifestación de envejecimiento activo, bienestar comunitario y empoderamiento femenino.
Un torneo que desafía estereotipos
Los partidos, con una duración de 30 minutos divididos en dos tiempos, se desarrollaron en un ambiente de respeto, entusiasmo y compañerismo. Aunque la competencia estuvo presente, el objetivo principal fue promover la salud física y emocional, así como visibilizar la importancia de ofrecer espacios dignos de participación a las mujeres mayores.
“Se trata sobre todo de tener un envejecimiento activo. No importa que ganemos, perdamos o lo que sea, se trata de venir aquí y mantenernos en forma”, expresó Devika Ramesar, jugadora sudafricana de 62 años.
El origen de una iniciativa transformadora
La idea de organizar un mundial de fútbol femenino para personas mayores surgió en 2007, impulsada por Rebecca Ntsanwisi, conocida como Mama Beka. Después de atravesar un cáncer y necesitar una silla de ruedas, Rebecca decidió crear un proyecto que mejorara la salud de las mujeres de su comunidad a través del deporte.
Casi dos décadas después, su visión se ha materializado a escala global, dando lugar a un espacio que reconoce la capacidad, la fuerza y la autonomía de las mujeres mayores, tradicionalmente invisibilizadas en el ámbito deportivo.

Participar, reconocerse y celebrar
Muchas de las participantes nunca habían jugado al fútbol antes. Sin embargo, eso no fue impedimento para vivir una experiencia transformadora. Acompañadas por familiares, amistades y medios de comunicación, estas mujeres protagonizaron una verdadera celebración de la vida, la salud y la solidaridad.
Todas recibieron medallas por su participación, pero más allá de los reconocimientos materiales, se llevaron consigo la alegría de haber sido reconocidas como deportistas y protagonistas de una historia colectiva.
Próxima edición: Kenia 2027
El éxito de esta primera Copa Mundial ha generado altas expectativas para futuras ediciones. Mama Beka ya ha anunciado su intención de organizar la siguiente en Kenia, en 2027. La meta es seguir ampliando esta red global de mujeres que encuentran en el deporte una herramienta de transformación individual y social



