En alemán, la palabra viajar se traduce por reisen, que hace referencia al movimiento, a esa necesidad de moverse, de ocupar un espacio, una noción de espacio con la que hay que interactuar.
Los viajeros devoran este vacío bien por un mandato divino, una imposición o como inquietud, desde expediciones científicas o periodísticas hasta viajes de placer, el homo viator siempre se ha movido por un interés hacia el otro, hacia lo desconocido.
Egeria: La primera escritora de viajes
Y de eso sabe mucho Egeria (s. IV), que en el perfil del viajero representa la figura del peregrino, un extranjero o forastero, alguien ajeno a la comunidad que nos habla de otras culturas y que luego sigue su propio camino. Personaje del siglo IV de la Alta Edad Media que todavía pertenecería al espacio hispano romano, la situamos al noroeste de la península Ibérica, entre el Bierzo y la antigua Galicia. Por aquel entonces aún se conservaban los caminos romanos, llamados cursus publicus, utilizados por peregrinos como Egeria pero también por comerciantes o soldados.
Egeria realiza un viaje entre los años 1381-1384 para llegar a los Lugares Santos en Semana Santa o cuando haya celebraciones cristianas. Este itinerario está dividido en dos partes: nos cuenta el viaje y etapas hasta Jerusalén recorriendo varios lugares santos, y, en la segunda parte, está la descripción de las liturgias que tienen lugar durante esta festividad. Se convierte, así, en una pionera en la escritura de viajes.
Una vez volvió de su viaje, relató sus vivencias con función didáctico-espiritual y ético-moral: es una de esas mujeres que empezó a juntarse con otras mujeres para formar comunidades religiosas y así instruir a otras monjas. Aunque no se conserva el documento original, ha llegado hasta nuestros días una copia del códice escrita en latín vulgar que data del siglo XI.

Emilia Pardo Bazán: Crónicas del mundo moderno
Emilia Pardo Bazán (1851-1921), entre una larga lista de talentos atribuidos a su persona, como ser la primera mujer en hablar en público en la Sorbona de París, la gallega fue una fiel amante de los viajes; testigo de ello son varios libros en los que recoge sus impresiones sobre el mundo más allá del territorio nacional.
Además, es de las primeras voces que informa y lleva a la práctica el Naturalismo en la literatura española, y parte de ese conocimiento viene también de sus viajes.
Durante los siglos XIX y XX, irá enviando relatos y crónicas sobre estos periplos a la prensa de la época. En la línea de ese tipo de colaboraciones, va a salir hacia París en 1889 y en 1900 en calidad de cronista con el encargo de informar sobre la Exposición Universal, el mayor escaparate internacional de arte, diseño y tecnología.
Fruto de esto verá la luz un primer volumen, Al Pie de la Torre Eiffel: Crónicas de la Exposición (1889) y 40 días en la exposición (1900), como resultado de las treinta y ocho crónicas que se publicaron en el periódico El Imparcial, incluyendo crónicas y notas que no aparecieron en las publicaciones periódicas.

Críticas a pesar del éxito
A pesar del notable éxito editorial –seguramente el lector del libro ya venía contaminado de lo que había leído en los periódicos–, recibe críticas y es cuestionada. Hace la crónica de lo que sería la magnificencia de las exposiciones, pero fundamentalmente sobre el recorrido, retratando ese escaparate de modernidad. Delante de toda aquella demostración, reflexiona sobre la situación española, en lo rezagada que está en el camino a la entrada del siglo XX.
Tras la Exposición de Barcelona de 1888, donde se podría haber preparado el terreno para la Expo de París, Bazán no puede evitar poner en contraste a la España agrícola con lo visto en sus viajes, lo que la lleva a ser denunciada por criticar la (mala) gestión de la administración española.
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Nellie Bly: A la vuelta del mundo en 72 días
Elizabeth Jane Cochran, más conocida como Nellie Bly (1864-1922), aunque empezó su carrera periodística escribiendo artículos de moda, sociedad y cultura, la joven sabía que eso no era para ella y decidió llevar su carrera al siguiente nivel.
Trabajando para el New York World de Joseph Pulitzer (sí, el del premio), se infiltró como periodista encubierta durante diez días en un asilo psiquiátrico de mujeres para conocer el trato y las condiciones en las que malvivían las pacientes. Tras su artículo de denuncia y el escándalo que indignó a los neoyorquinos, se “aumentó el presupuesto de salud pública destinado a salud mental”. Se convirtió, así, en una de las primeras mujeres periodistas de investigación.
Rompiendo récords
Pero Nellie quería más. Inspirada por el libro La vuelta al mundo en ochenta días, de Julio Verne, a finales de 1889 y con tan solo 24 años, Nellie Bly se convierte en la primera mujer en batir el récord de circunnavegación en menos de 80 días, lográndolo en tan solo 72, viajando sola y llevando una única bolsa de viaje. El propio autor, al principio escéptico, tuvo que cumplir la apuesta que hizo con ella: aplaudirla en público si lograba hacerlo en 79.
Pero sus viajes no acaban aquí, pues en 1913 viajó hasta Washington D.C. para ser testigo de la convención a favor del voto femenino y, con el estallido de la Primera Guerra Mundial, se desplazó hasta Europa para cubrir los hechos, convirtiéndose en una de las primeras mujeres corresponsales de guerra.

Aurora Bertrana: Exploradora y crítica del colonialismo
A medio camino camino entre Barcelona y Ginebra, cuando estalla la Guerra Civil se instala en la ciudad suiza, desde donde cumple la función de mediadora de los exiliados españoles que acoge en Francia y Ginebra.
Pero mucho antes de eso y durante su etapa como estudiante en Suiza, Aurora empieza a mandar crónicas periodísticas a la prensa y revistas catalanas de la época, como La Voz de Cataluña, sobre asuntos de orden político y socio político. Son especialmente interesantes sus artículos sobre la cuestión femenina, en los que informa, contrasta, opina y se va formando una conciencia de género.
Inmersa en el arte de la música y la escritura
Durante su juventud se educa en la música, llegando a formar parte de una band jazz compuesta solo por mujeres. En 1925 se casa con el ingeniero industrial Denys Choffat, al que se referirá como Monsieur Choffat en sus memorias. A raíz del trabajo que le ofrecen al marido en la Polinesia Francesa, en Papeete, el matrimonio se desplaza hasta allí, donde vivirán desde 1926 hasta 1929.
Debido a la incompatibilidad con los colonos franceses del lugar, Aurora conecta de manera inmediata con la naturaleza de las islas, quedando hipnotizada por una fuerza totémica con códigos propios donde la naturaleza es la identidad propia de aquel universo tan diferente a Europa.
Como escritora, atrapa la verdad de todo aquello desde su experiencia y lo adapta a un sistema literario occidental. Adopta una postura muy crítica con la colonia francesa y sobre esta fuerza invasora que pretende apropiarse de un territorio que pertenece a los nativos, y también sobre la imposición de la religión protestante.
La vida en Tahití
Empieza a mandar crónicas sobre su estancia en varias de las islas, especialmente de Tahití, tomando fotografías de ella misma vestida a la moda tahitiana y acaba recopilando todas sus crónicas de viaje en un único libro que publica en el año 1930 bajo el título Paraísos oceánicos. Esto marca un antes y un después no solo en la vida de Aurora, sino también en el mundo de la literatura española, pues ni la literatura de viajes ni hablar tan abiertamente sobre el sexo son temas recurrentes en la sociedad de la época, lo que la convirtió en un personaje incómodo y exhibicionista.

En sus propias palabras, “soy partidaria de la libertad sexual y de cualquier otro tipo de libertad individual, siempre y cuando esta no limite la libertad del otro”.
Debido a la buena acogida de público y crítica del libro, esto le permite ganar cierta independencia económica con la que financia sus futuros viajes en busca del conocimiento, de lo exótico, sobre los que publicará libros como Peikea, princesa caníbal (1934), La isla perdida (1935) o Marruecos, sensual y fanático (1936).
A propósito de este viaje es llamada para dar charlas y conferencias facilitadas por las grandes producciones cinematográficas de gran alcance de la época, como El motín de la Bounty (1962) de Fritz Lang o Huracán sobre la isla (1937) de John Ford, lo que suscita un mayor interés en estos temas.
Junko Tabei: La conquista de las montañas
En un deporte reservado solo para hombres, Junko decidió rebelarse contra las normas sociales de una época en la que el alpinismo no era cosa de mujeres. Tras graduarse en la Universidad para Mujeres Showa en Literatura Inglesa, funda el Ladies Climbing Club: Japan (LCC) o Club de Montaña para Mujeres de Japón en el año 1969, realizando su primera expedición al Himalaya en 1970.
Una nueva ruta inexplorada
La particularidad de la expedición fue, no solo que el grupo estuviera compuesto enteramente por mujeres, sino que se propusieron escalar la cara sur del Annapurna III, una ruta que nunca antes se había intentado. Contra todo pronóstico consiguieron cumplir con su objetivo y, tras su fulminante éxito, Junko decidió dedicar su vida al alpinismo.
Una vez regresó a Japón, pidió un permiso al gobierno nepalí para poder ascender el Everest, pero las autoridades solo daban permisos por temporada y no fue hasta cinco años después que se lo concedieron. Mientras tanto, su misión principal fue la de recaudar el dinero para financiar la “Expedición japonesa del Everest para mujeres”, consiguiendo que el periódico con mayor tirada del país, Yomiuri Shimbun, subvencionara el viaje.
La primera mujer en escalar el Everest
Después de la batalla contra los elementos, consiguieron llegar a la cima en el año 1975, convirtiéndose en la primera mujer en escalar y conquistar el Monte Everest.
Pero esto no queda aquí. La imparable Junko quiso conquistar los puntos más altos de cada continente y, tras muchos impedimentos y gracias a sus logros en alpinismo, consiguió “ser la primera mujer en escalar las Siete Cumbres, las cimas más altas de cada continente”.
Su amor por la montaña la hizo volver a la universidad en el año 2000 y graduarse en Ciencias Ambientales, con el único propósito de salvaguardar y proteger las zonas que ella misma había escalado, llegando a convertirse en la directora del Himalayan Head Trust of Japan, “una organización que trabaja a nivel mundial para preservar los entornos de montaña”.
Bibliografía:
“Aurora Bertrana 1892-1974”. Associació d’escriptors en llengua catalana, última visita (07/03/2025).
“Nellie Bly (1864-1922)”. Mujeres Bacanas, última visita (07/03/2025).
Mesa, C; Ginés, P. (2024). Antropoturismo- Junko Tabei, alpinista. RNE Audio Gente Despierta [Radio]. 16 de mayo, última visita (07/03/2025).
Salas, M. “Mujeres viajeras que hicieron historia”. Los viajes de Mary, última visita (07/03/2025).



