Claude Lévi-Strauss fue el primero en hablar del concepto de «intercambio de mujeres», refiriéndose a la cosificación de la mujer como resultado de la compraventa de sus cuerpos. Sin embargo, lo que realmente se convirtió en producto fue su sexualidad y capacidad reproductiva.
La prostitución no es el «negocio» más antiguo del mundo. Es la explotación, la esclavitud y la violencia sexual más antigua que los hombres han inventado para someter a las mujeres. (Díez Gutiérrez, 2007).
Pobreza e inmigración: la captación por parte de las mafias
La trata de personas con fines de explotación sexual afecta principalmente a mujeres y niñas en situación de vulnerabilidad. Los tratantes utilizan diversos mecanismos para someter a sus víctimas.
Un caso impactante es el de dos mujeres nigerianas rescatadas por la Guardia Civil tras meses de cautiverio. A pesar de haber sido liberadas, seguían aterrorizadas. Creían firmemente en una maldición vudú impuesta por sus captores. Tal era su convicción que los agentes de seguridad, con ayuda de la policía nigeriana, organizaron una videollamada con un pastor religioso en Benín City para que “retirara” la supuesta maldición.
Métodos de captación
Las mafias emplean diversas estrategias para atraer a sus víctimas. Sin embargo, tres elementos son clave en su operativa: el engaño, la violencia y la amenaza.
La tecnología ha facilitado la captación, permitiendo a los tratantes contactar con posibles víctimas a través de páginas web y aplicaciones de mensajería. Esto dificulta la detección del delito. Según expertos de la Policía Nacional, la Guardia Civil y organizaciones como Apramp y Diaconía, más del 90% de las víctimas de trata en España son extranjeras.
A nivel mundial, se estima que 4,8 millones de personas son víctimas de explotación sexual forzada, de las cuales el 99% son mujeres y niñas. En España, el Ministerio del Interior identificó en 2020 a 3.867 personas en situación de riesgo de trata y explotación sexual. Sin embargo, las estimaciones reales oscilan entre 20.000 y 40.000.
Los tratantes analizan minuciosamente a sus víctimas. Investigan su situación económica, emocional y sus vulnerabilidades personales. Las redes sociales han facilitado este proceso. Los captores rastrean perfiles en Facebook, Tinder e Instagram, además de emplear bots en portales de empleo para obtener información sobre ubicación, edad o nivel educativo.
Uno de los métodos más insidiosos es el «lover boy». Esta táctica consiste en la creación de un perfil falso en redes sociales, donde un supuesto pretendiente enamora a la víctima antes de convencerla de viajar juntos. El desenlace es siempre el mismo: la joven cae en una red de explotación.
Víctimas menores de edad y perfiles de riesgo
Los menores también son víctimas frecuentes de la trata de personas. Datos de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito muestran que niños y niñas representan casi un tercio de las víctimas de trata en el mundo. En algunas regiones, como África Subsahariana, América Central y el Caribe, los menores constituyen más del 60% de las víctimas totales.
Podemos identificar tres perfiles principales de víctimas:
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Adolescentes de Europa del Este (14-17 años)
Provienen de entornos violentos y desprotegidos. Son engañadas con la promesa de una vida mejor mediante el método del «lover boy». Como suelen ingresar legalmente a España, su detección es difícil. -
Niñas africanas subsaharianas
Son engañadas con falsas promesas de trabajo en España y atraviesan rutas peligrosas por el Sahel, Marruecos o Libia. Sus familias, a menudo convencidas mediante rituales de juramento, refuerzan su sometimiento. Un informe de la Comisión Europea (mayo 2017) alertó que la crisis migratoria ha sido aprovechada por las mafias para captar mujeres y niños altamente vulnerables. -
Jóvenes de América Latina
Muchas viajan con la intención de estudiar o trabajar en España. Son captadas por conocidos o agencias fraudulentas vinculadas a redes de explotación. Llegan con documentos aparentemente legales, como cartas de invitación o autorizaciones paternas.
Captación de menores dentro de España
En los últimos años, ha aumentado la captación de menores dentro del país. Las redes criminales han adaptado sus estrategias y utilizan a adolescentes para atraer a otras jóvenes en colegios, discotecas o redes sociales.
Frente a este panorama, es fundamental fortalecer los mecanismos de prevención, protección y persecución del delito. También es necesario aumentar la concienciación social sobre la magnitud del problema, al igual que con otras formas de violencia a las niñas, como la mutilación genital femenina.
El mensaje debe ser claro: sin “demanda”, no hay “oferta”.



