¿Qué es?
Según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), “la mutilación genital femenina (MGF) hace referencia a todos los procedimientos que implican la extirpación total o parcial de los genitales externos de la mujer u otras lesiones en los órganos genitales femeninos con fines no médicos”.
Por esta razón, “está reconocida internacionalmente como una violación grave de los derechos humanos, la salud y la integridad de las mujeres y las niñas” que limita “sus oportunidades para el futuro en materia de salud, educación e ingresos”.
¿Por qué ocurre esto?
A pesar de lo que se pueda llegar a creer, el origen de esta práctica es incierto y se remonta a un tiempo anterior al nacimiento del cristianismo y del islam, por lo tanto, podríamos considerarla una práctica cultural no religiosa, pues no está asociada a ninguna fe en particular y muchos líderes religiosos la han denunciado.
Entre los muchos factores que promueven esta práctica, podemos destacar el profundo arraigo en la desigualdad de género y los desequilibrios de poder en el que participan tanto hombres como mujeres que, al tratarse de una práctica normalizada y tradicional (llegando a considerarse, por ejemplo, un requisito para que la mujer puede casarse o heredar), no la cuestionan, “y cualquiera que se aparte de la norma puede enfrentarse a la condena, el acoso y el ostracismo”.
Las razones que respaldan esta intervención son tan dispares que van desde el control de la sexualidad de las mujeres, asegurar la virginidad y, posteriormente al matrimonio, garantizar la fidelidad, y hasta aumentar el placer sexual masculino. Por motivos sociológicos y culturales (como rito de iniciación a la vida adulta o como garantía del aumento de la fertilidad), razones higiénicas y estéticas (“los genitales femeninos externos se consideran sucios y feos y se extirpan ostensiblemente para promover la higiene y el atractivo estético”),
¿Dónde tiene lugar?
Ampliamente repartido, hasta en 29 países de África (algunos de ellos son Kenya, Egipto, Liberia, el Congo, Senegal, Sierra Leona, Senegal, Somalia o Sudán) y los Estados Árabes (Emiratos Árabes Unidos, Omán, Yemen e Iraq) es donde se realiza esta práxis abominable.
En contra del imaginario popular, países de América Latina (determinadas comunidades de Colombia, Panamá, Ecuador y Perú), Asia (algunos grupos étnicos de la India, Indonesia, Malasia, Pakistan y Ski Lanka) y Europa del Este (comunidades pertenecientes a Georgia y zonas de Rusia) también llevan a cabo esta aberrante práctica.
Aunque no es corriente, entre las poblaciones migrantes en Europa, América del Norte, Australia y Nueva Zelanda también se han dado casos de mutilación genital femenina, comunidades procedentes de zonas donde esta práctica es común y rutinaria.
Como se puede comprobar, esta es una costumbre que está bastante extendida y se estima que pueda seguir elevando sus cifras en el futuro, dado que los países donde “se concentra la mayor tasa de MGF están experimentando un gran crecimiento demográfico y cuentan con una población joven muy elevada.
En 2019, se calcula que 4,1 millones de niñas fueron sometidas a ablación, y debido al crecimiento de la población, se prevé que ese número aumente a 4,6 millones de niñas en el año 2030”, según datos del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA).
¿Quién lo hace y cómo?
Esta intervención suele ser realizada, en gran medida, por las mujeres más mayores de la comunidad o matronas, pero no siempre, ya que también pueden llegar a intervenir barberos, curanderos o parientes. Solo una de cada cinco niñas es intervenida por un profesional de la medicina cualificado, lo que se denomina medicalización de la MGF.
En la actualidad, existen cuatro tipos de mutilación. Sin entrar en demasiados detalles escabrosos, mencionaremos los dos más comunes, que consisten en la extirpación total o parcial del clítoris; y la extirpación total o parcial del clítoris y los labios menores e, incluso a veces, también los labios mayores.
¿A qué edad se hace esta intervención?
La respuesta a esta pregunta depende del país, la comunidad y el contexto. En países como Yemen o Nigeria, la intervención se realiza en los primeros años de vida de las niñas, entre los 0 y los 4 años, mientras que en Guinea o Chad, la edad media oscila entre los 5 y 9 años, pero es en Egipto, Kenia o Tanzania donde las niñas superan los 10 años cuando son sometidas a esta mutilación.
¿Cuáles son las secuelas a corto y largo plazo?
Entre una larga lista de secuelas físicas que una víctima de MGF puede llegar a sufrir se encuentran: dolor intenso y sangrado excesivo, dificultad al orinar, quistes, infecciones e infertilidad, disminución del placer sexual, anemia, coito doloroso, complicaciones en el parto, desórdenes menstruales, mayor riesgo de muerte del recién nacido o la madre, etcétera, etcétera.
El cuerpo de una mujer nunca dejará de ser escenario de incontables batallas por multitud de razones, pero nunca propias e individuales.
En cuanto a la salud mental, ni que decir tiene la aparición de trastornos como la depresión o la ansiedad, y estrés postraumático, entre otros.
¿Cuál es el número de víctimas en la actualidad?
Se estima que alrededor de 230 millones de mujeres y niñas supervivientes han sido sometidas a la ablación genital.
“Se prevé que esta cifra alcance los 4,6 millones para 2030, a medida que los conflictos, el cambio climático, el aumento de la pobreza y la desigualdad siguen obstaculizando los esfuerzos para transformar las normas de género y sociales que sustentan esta práctica dañina y trastocan los programas que ayudan a proteger a las niñas”. Son los datos que ofrecieron en el Día Internacional de Tolerancia Cero con la Mutilación Genital Femenina de 2023 en su declaración conjunta la Directora Ejecutiva del UNFPA, la Dra. Natalia Kanem, y la Directora Ejecutiva de UNICEF, Catherine Russell. Se estima que ha aumentado en un 15% el número de supervivientes en los últimos años, “esto es, 30 millones de niñas y mujeres más– en comparación con los datos publicados hace ocho años”.
¿Cómo lo detenemos?
Aunque la media de edad ha disminuido en los últimos 30 años, aún hay mucho trabajo por hacer. En países como Gambia o Nigeria, la media de edad ha descendido dos años, lo que significa que esta intervención ha dejado de practicarse en niñas de 4 años para hacerlo antes de los 2, en el caso de Gambia, mientras que en Nigeria la media eran los 3 años y ahora 1.
Estos datos simbolizan que aún hay esperanza para seguir reduciendo la edad de intervención hasta la extinción absoluta.
La educación es la herramienta más poderosa para prevenir esta práctica en las siguientes generaciones. Las hijas de madres sin educación que han pasado por esta experiencia, son las próximas víctimas directas de esta mutilación.
Según los datos recogidos por UNICEF, “las niñas cuyas madres han recibido educación primaria tienen un 40% menos de probabilidades de ser mutiladas que aquellas cuyas madres no tienen educación.”
Mientras que las mujeres con una educación secundaria pueden llegar hasta alcanzar un 85% de posibilidades de evitar el mismo destino a sus hijas. Sin embargo, este porcentaje no se rige en algunos países como Mali, donde, aun las madres gozando de una buena educación, las probabilidades llegan al 75% debido a que la práctica se considera universal y la presión social es bastante potente. “Estos hallazgos sugieren que los esfuerzos para poner fin a la práctica deben ir más allá de un cambio en las actitudes individuales y dirigirse a comunidades enteras, de manera que se puedan reducir las expectativas sociales de realizar la MGF.”
¿Llegará el fin?
A pesar del fuerte arraigo social y cultural de esta práctica, se han visto progresivos y significativos cambios en los últimos años, pues a día de hoy, “una niña tiene un tercio menos de probabilidades de sufrirla que hace 30 años”.
Aún así, no es suficiente. Unicef estima que, si se acelera el progreso y se manifiesta una intervención colectiva y efectiva inmediata, que cuente con la ayuda financiera de diversos grupos de interés, la mutilación genital femenina verá su fin en el año 2030.
Bibliografía:
(11/02/2020). “Mutilación genital femenina: ¿dónde se practica? ¿por qué? ¿qué implica?”. Parlamento Europeo (https://www.europarl.europa.eu/topics/es/article/20200206STO72031/mutilacion-genital-femenina-donde-se-practica-por-que-que-implica), última visita (12/02/2020).
(06/02/2022). “The power of education to end female genital mutilation”. UNICEF data: Monitoring the situation of children and women (https://data.unicef.org/resources/the-power-of-education-to-end-female-genital-mutilation/).
UNFPA. (03/2024). “Preguntas frecuentes sobre la mutilación genital femenina (MGF)” Fondo de Población de las Naciones Unidas (https://www.unfpa.org/es/resources/preguntas-frecuentes-sobre-la-mutilacion-genital-femenina-mgf#A-cu%C3%A1ntas-mujeres-y-ni%C3%B1as-afecta).
(06/02/2024). “El mundo no logrará el objetivo de poner fin a la mutilación genital femenina antes de 2030 si no se toman medidas urgentes que incluyan a hombres y niños”. UNICEF (https://www.unicef.org/es/comunicados-prensa/mundo-no-lograra-poner-fin-mutilacion-genital-femenina-antes-2030).
(07/03/2024). “Más de 230 millones de niñas y mujeres vivas hoy día han sido sometidas a la mutilación genital femenina”. UNICEF (https://www.unicef.org/es/comunicados-prensa/mas-230-millones-ninas-mujeres-han-sido-sometidas-mutilacion-genital-femenina).
General, A. (06/02/2024). “Día Internacional de Tolerancia Cero con la Mutilación Genital Femenina, 6 de febrero”. Naciones Unidas (https://www.un.org/es/observances/female-genital-mutilation-day)



