Barbie: el poder de la perspectiva femenina

La película taquillera dirigida por Greta Gerwig y Noah Baumbach que se estrenó en julio  del 2023, está disponible hoy en Netflix.  

Barbie se consolidó como un rotundo éxito a partir de su estreno en 2023. Según la misma  productora, Margot Robbie fue la actriz que le propuso contar la historia de Barbie desde  una perspectiva completamente diferente, y fue en ese momento en el que se pusieron en  marcha los planes para producir una de las películas que causó mayor movimiento cultural en redes sociales.  

Esta producción presenta una mirada sobre las femineidades que logra impresionar y captar  la atención del público. Probablemente, esto se debe a que está relatada en clave de humor,  lo que permite dar luz a situaciones importantes a través de los chistes y el entramado irónico  que construyeron las productoras.  

Margot Robbie protagoniza, por supuesto, a la Barbie Estereotípica. Ella vive en  Barbieland, un mundo donde todas las barbies cumplen una función importante y valiosa  representando a las mujeres en la viva real (exceptuando a algunas Barbies marginadas, pero  no entraremos en estos detalles). Todo va de maravillas en su mundo perfecto hasta que un  pensamiento humano se instala en su mente: la muerte.  

Resulta sumamente asertiva la forma en la que eligen desatar el conflicto de Barbie: el primer  signo de humanidad es el miedo a la muerte. Desde el comienzo, la película denota un  entramado psicológico y profundo y, aunque parece ser una simple producción para niños,  nos demuestra en sus diálogos y escenas que es una historia compleja y pensada por mujeres  desde una perspectiva feminista disruptiva.  

A partir de este momento, Barbie descubre que para poder seguir viviendo en su mundo ideal  debe arreglar la fisura que se generó entre Barbieland y el mundo de su dueña: el real.  

En consecuencia, debe buscar a la humana que está jugando con ella y comienza el viaje  hacia nuestro mundo. Apenas llega, Barbie se siente decepcionada y perturbada por la  realidad: siente amenazas en un ambiente hostil, violento y machista. La protagonista se  siente sexualizada por cada hombre que la mira mientras Ken, quien decide acompañarla en  este viaje, se siente vanagloriado y respetado, al contrario de lo que sucede en Barbieland  donde los Ken son “nadies” y la desigualdad de género se ve invertida.  

Creo que estas escenas reflejan algo que las mujeres sufrimos casi con naturalidad desde muy  jóvenes: nos sentimos objetivadas más de una vez en nuestras vidas. Desde el momento en  el que los hombres nos miran como si fuésemos objetos nos sentimos vulneradas, débiles,  incapaces de hacer algo al respecto. Barbie logra contar este conflicto desde una perspectiva  cómica, evitando herir sensibilidades y este mismo recurso lo utiliza durante toda la película. 

Esta producción materializa en pantalla el recurso “qué pasaría si fuese al revés” para  representar la desigualdad que sufrimos las mujeres diariamente.  

Fundamental en Barbie: cruzar el puente generacional

La aventura de Barbie sigue, y luego de una crisis existencial al toparse con el mundo real la  película nos muestra una escena profunda y bellísima, por lo menos para mí, en la que la  protagonista se sienta en la parada de un bus y observa todo el comportamiento humano a su  alrededor. La vida misma. Los niños jugando, parejas peleando, madres e hijos interactuando,  personas riendo. Luego gira su cabeza y ve a una señora mayor, interpretada por Ann Roth,  una diseñadora de moda legendaria, sentada a su lado. En ese momento Barbie se siente  conmovida y le dice: “eres hermosa”, a lo que la mujer responde: “lo sé”.  

Esta escena, por la que Greta Gerwig peleó para que no la eliminen de la historia, es un  punto clave en este éxito. Desde nuestra juventud, las mujeres nos vemos una y otra vez  presionadas por ser perfectas, y en algún punto se creó un discurso en el que envejecer es un  camino a la imperfección. Se nos pide luchar contra el paso del tiempo, como si el tiempo no  fuese un componente hermoso, sino el más importante, de la existencia humana. Se nos pide  que no tengamos arrugas, cuando éstas están hechas de las risas, los llantos, el estrés, los  enojos, y todo lo que hemos hecho y sentido en esta vida.  

Barbie reconoce la belleza en la vejez y, en cierto punto, anhela poder llegar a ser esa mujer  con arrugas que transmite ternura y sabiduría. Esta escena se explica por sí sola, y aunque  muchos de los productores han querido eliminarla por “no llegar a ningún lado” Greta fue  muy clara al respecto al decir: “Si la quito, no sé de qué va esta película”.  

Escena de la película Barbie / Warner Bros. Pictures

Esta conversación entre generaciones de mujeres se genera durante toda la trama, y es algo  que solo nosotras podemos entender con la sensibilidad y los conflictos que conlleva.  Entender a nuestras madres, nuestras tías, hermanas, abuelas e, incluso amigas, nos lleva  tiempo, tiempo en el que pasamos por procesos dolorosos de autoconocimiento y del  conocimiento del mundo en el que vivimos. Que es injusto, es difícil, es complejo y, a su  vez, hermoso. Nosotras mismas les exigimos a las mujeres de nuestras vidas muchísimo más  que a los hombres. Nos enojamos con lo que hacen, con lo que no hacen y cuando nos damos  cuenta el tiempo pasa, nos encontramos en su lugar, tratando de hacer todo lo posible y más. 

Y nos castigamos porque, otra vez, es el recurso que se nos ha impuesto para hacernos saber  que siempre podríamos haberlo hecho mejor. 

Siempre hay algo más que podríamos ser o hacer ¿no?  

Y esto se representa claramente en el monólogo efectuado por Gloria, la coprotagonista de  la historia, quien se siente triste y colapsada al no poder tener una buena relación con su hija,  razón por la cual se genera la fisura entre mundos. Una adulta comienza a jugar con su  muñeca nuevamente para recordar lo que es sentirse bien consigo misma.  

En toda la película se puede observar como las mujeres unidas luchan por recuperar  Barbieland que fue conquistada por los Kens a partir de que Ken, interpretado por Ryan  Gosling, conoce el patriarcado en el mundo real y lo implementa en su mundo.  

Por supuesto, uno de los mensajes está dirigido a mostrar los efectos positivos y radicales  que produce la lucha colectiva de las mujeres por un mundo con igualdad de género. 

Pero también, nos invita a dejar de luchar entre nosotras. Dejar de dirigir la ira que esta misma  realidad nos genera a las mujeres que forman parte de él. Dejar de exigir y sobre exigirnos y  comenzar a ser más justas con las mujeres de nuestras vidas y con nosotras mismas.  

El feminismo nos invita a luchar, sí. A pelear por nuestros derechos y a conquistarlos. Pero  también es el acto de mirarnos, reconocernos y respetarnos y creo que ese es uno de nuestros  mayores desafíos. Dejar de luchar entre nosotras y comenzar a luchar por nosotras.  

Greta Gerwig y Margot Robbie nos dejan un mensaje claro: el feminismo es lucha, pero  también es un camino de comprensión, de amor, de autoconocimiento y de reconocimiento de las mujeres que tenemos al lado. Es el camino en el que desaprendemos a castigar a las  femineidades y a nosotras mismas por no ser perfectas y a darnos cuenta que no tenemos  porqué serlo.  

Solo mirando con amor y respeto a las mujeres que nos rodean vamos a poder entender en  profundidad y con una clara dirección qué es por lo que luchamos verdaderamente.  

El feminismo es también un despertar y está película, dirigida por talentosas mujeres, lo  representa.

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