El pasado sábado tuvo lugar una nueva edición de los Premios Forqué, en el que acudieron un gran elenco de personajes dentro del mundo del cine. Entre ellos, asistieron la actriz Macarena Gómez y su marido, Aldo Comas. Y como en muchos de estos encuentros, los periodistas y/o medios de comunicación aprovechan para preguntar sobre ciertos temas de actualidad. En este caso, se les preguntó acerca de las recientes denuncias de abusos y agresiones sexuales en el mundo de la interpretación. Y sus declaraciones han dado mucho de qué hablar y debatir.
En las últimas semanas, han sido varias mujeres y personajes públicos quienes han expuesto casos de violencia sexual, especialmente en redes sociales. Sobre esta forma de denuncia, la pareja de actores han sido tajantes en sus respuestas: “que se denuncie, que vayan a la Policía y no a Instagram (…) que vayan a donde se tiene que ir para denunciar algo tan asqueroso como es un acoso, un abuso de poder, una violación…” comenzaba Aldo Comas. “Estamos creando también una especie de caza de brujas que para mucha gente es injusta. Han caído justos por pecadores también, y ahora están todos los tíos cagados«. Seguidamente, Macarena seguía alegando que “se hace daño a las carreras profesionales de muchos hombres porque se dicen cosas y se comentan cosas sin haber pruebas ni haber acusaciones de por medio».
El problema con “los tíos cagaos” de Comas
Como cualquier declaración que se dé en un espacio público y ante un micrófono es digna de generar controversia, esta no ha sido una excepción. Pese a que ambos se encuentren “tranquilos” ante el aluvión de críticas que recibieron por la red social X, sus palabras han sido objeto de réplica de otros personajes públicos, como las periodistas Lorena Castell o Cristina Fallarás, quien ha incidido especialmente en las acusaciones de Aldo Comas y de los “tíos cagaos” de los que él mismo habla.
Entre estas palabras, se ha cuestionado especialmente la vía por la cual una mujer debería o no denunciar un caso de agresión, en este caso, por redes sociales, ya que así puedes decidir si quieres conservar o no tu anonimato. Así, hoy persiste el miedo de muchas víctimas de denunciar casos de violencia machista o violación por las consecuencias que eso podría conllevar. Si eres madre de familia podrías poner en riesgo a tus hijos; si no lo eres, es que lo haces por dinero; si ostentas un cargo público temes la reacción de tu entorno y el fin de tu carrera. Y así, un largo etcétera de trabas sociales y burocráticas que señalan (casi siempre, a ella).
Las culpas, en cualquier caso, a ella. Si ya nos han callado muchas veces con tal de no denunciar, ahora, que lo hacemos, también nos callan. No dudaré jamás en apoyar la decisión de cualquier mujer en poner una denuncia ante la Policía o el sistema de justicia. Lo que sí reitero es, que deberíamos sentirnos seguras y protegidas a la hora de hacerlo. Quizás sea esa la ventaja de “los tíos cagaos” que habla Aldo Comas, ya que al hacer una denuncia ante la Policía, se identifica a la víctima, por lo que la “caza de brujas” de la que él mismo habla, se vuelve contra nosotras. No, Aldo, nosotras no estamos “cagás”. Somos más valientes que nunca. No tememos a las represalias, tampoco a tumbar a nuestros agresores, sea mediante la vía que sea. Como diría Cristina Fallarás, parece que el miedo sí está cambiando de bando, y tengamos más “tíos cagaos” que nunca.



